La crisis por el Covid-19 sigue golpeando fuertemente al sector aeronáutico, que ante su sufrimiento por la baja cantidad de pasajeros, se enfrenta ahora a las exigencias de vacunas obligatorias para quienes quieran abordar vuelos comerciales. Ante estas políticas, gran parte de la industria ha mostrado su desacuerdo, manifestándose en contra de esta fatídica medida que se antoja lapidaria para la recuperación del sector.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) se posicionaron en contra de la medida que obliga a los pasajeros a demostrar haber sido vacunados contra el Covid-19 para abordar los aviones. Esta política entraría en vigor una vez esté disponible la vacuna contra el coronavirus, adaptándose a cada territorio según sea el caso.
El director general de ACI, Luis Felipe Oliveira, declaró a Reuter su posición ante esta nueva medida, adelantando lo que podría significar para la industria esta a futuro, teniendo en cuenta lo difícil que ha sido este 2020 para la industria de la aviación. “Así como una cuarentena efectivamente ha detenido a la industria, un requerimiento universal de vacunas haría lo mismo”, indicó.
“Pese a que damos la bienvenida al desarrollo rápido y distribución de las vacunas, habrá un período considerable antes de que estén disponibles para toda la población. La industria no puede esperar a que la vacuna llegue a todo el mundo. Durante el periodo de transición, las pruebas y las vacunas juntas jugarán un rol clave para la recuperación de la industria”, añadió el directivo.
Por su parte, la IATA indicó que la aplicación de pruebas masivas y sistemáticas a nivel mundial se posiciona como la estrategia más idónea para reabrir fronteras y ayudar a la recuperación de la industria aérea.
La aerolínea australiana Qantas fue la primera en solicitar pruebas de haber recibido la vacuna contra el Covid-19 para vuelos internacionales. Esta medida está relacionada con los controles fronterizos de Australia, los cuales son bastante estrictos, intentando mantener el número de casos controlado. Esta medida podría replicarse en otros países del mundo, lo que encendió las alarmas de los principales organismos de la industria, muy preocupados por el futuro de este sector.
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